En el medio educativo, gracias
a la investigación psicopedagógica,
la evaluación es concebida como un
elemento importantísimo, determinante
del rumbo que tome la práctica educativa que
se desarrolla en el aula. Sin embargo, los docentes no
logran comprender, construir y aplicar un sistema de
evaluación que se adecue a estos nuevos planteamientos
pedagógicos. Pareciera que éste se ha convertido en uno
de los problemas más serios para los docentes de hoy, en
su constante e intenso trabajo de preparación, de ensayo
y revisión que realizan para la construcción de un nuevo
hacer pedagógico. Esta situación es comprensible pues
el peso que ha tenido la evaluación tradicional hace que
sea bastante difícil asimilar la nueva propuesta que
privilegia la evaluación cualitativa y formativa, que
subraya su potencialidad como instrumento que permite
al docente orientar la enseñanza y que posibilita a los
alumnos aprender a regular su propio aprendizaje.
Para que la
evaluación adopte la connotación de ser una actividad
formativa, es preciso que, dentro de su carácter
pedagógico, adopte un carácter regulador de la
enseñanza y del aprendizaje ( Solé, 1993; Ribas, 2001).
Dentro de la concepción constructivista del
aprendizaje escolar (Coll, 1991) el carácter regulador de
la evaluación (Solé, 2001) tiene una doble connotación.
Por un lado, el profesor debe tomar los resultados
obtenidos de la evaluación para regular la enseñanza,
reorientándola en función de la necesidades que van
surgiendo tanto en los alumnos como en el proceso
pedagógico, convirtiendo así a la evaluación en
instrumento que orienta la enseñanza hacia procesos
dirigidos al desarrollo de la actividad mental del alumno
y hacia acciones que enseñen al alumno a aprender de
forma autónoma, en situaciones diversas, que le permitan
aprender superando los retos que plantea la apropiación
de nuevos conocimientos. Por el otro, posibilita al alumno
regular su aprendizaje al permitirle tomar la información
que le ofrece la evaluación para tomar conciencia de lo
que ha aprendido, de cómo lo ha logrado y de las
dificultades que confronta; para valorar su desempeño y
para tomar decisiones sobre cómo planificar su actuación,
reflexionar sobre las acciones que debe emprender para
la superación de sus limitaciones y lograr así avanzar en
su proceso de aprendizaje.
Conocer las posibilidades que nos ofrecen las TIC en el diseño de actividades de evaluación, es importante al instante de querer aplicar estos instrumentos. A continuación mencionaremos brevemente una recopilación de ejemplos extraídos de la web:
Evaluacion de Aprendizajes con TIC de Gabriel Budiño
Por favor, para finalizar, realice este ejercicio para evaluar los conocimientos adquiridos en este seminario. Gracias
http://uk2.hotpotatoes.net/ex/65790/NDTKCHDD.php
Referencias
Por favor, para finalizar, realice este ejercicio para evaluar los conocimientos adquiridos en este seminario. Gracias
http://uk2.hotpotatoes.net/ex/65790/NDTKCHDD.php
Referencias
Serrano de Moreno, S. (2002). La evaluación del aprendizaje: dimensiones y prácticas innovadoras. Educere, 6 (19), 247-257.
Hola profesora Claudia! Felicidades por el trabajo que realizaste, debo confesar que pasé de panzazo la evaluación, me confundí un poco con las preguntas.
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